• 22 febrero, 2025 9:48 pm

 CHE GOLAZO

¡TU MEJOR CABEZAZO!

¡30 años no son nada! Aquella promoción Calasancio 93

Por: Javier Chaves.

Parece que fue ayer cuando escuché aquel último timbre de mi amado Calasancio. Como si se tratase del final de un partido, tal vez con mis rebeldes 16 años no dimensionaba que se trataba ni más ni menos que el fin de una era.

Terminaba el colegio y emprendía nuevos caminos en la universidad y en la vida.

Días después de aquel pitido llegó la graduación, aquel 28 de noviembre de 1993 en Bogotá.

Plenos años 90’s cuando todo parecía color de rosa y estaba lejos de imaginar todas las cosas buenas y malas que pasarían desde entonces.

Pero esa es la vida, una colección de momentos que construyen nuestra existencia.

Fue la última vez que estuve reunido con todos esos compañeros con los que compartí varios años.

Allí en el Calasancio llegué siendo apenas un niño de 9 años en quinto de primaria en 1987 y en el 93 ya era un adolescente listo para la faena de la vida.

No todos esos compañeros eran amigos del alma, incluso no recuerdo a muchos de ellos pero más allá del grado de amistad, nos une esa confraternidad de haber compartido años de infancia y adolescencia.

Varios han partido de este mundo, otros emigraron, esa es la vida con sus caminos inciertos.

Yo en aquel entonces estaba lejos de imaginar que me dedicaría al periodismo y que curiosamente el mismo periódico que coleccionaba en el 93 sería el mismo que dirigiría varias décadas después.

También estaba lejos de imaginar que 30 años después estaría casado y con dos hijos tal y como me le predijo una compañera. No recuerdo su nombre ni su cara pero recuerdo como si fuera hoy cuando en aquella aulas de colegio me predijo a mis dos retoños mientras veía mi mano cual pitonisa de pueblo.

Felices 30 años a toda esa generación del 93 y a los profesores que aún están con vida. Los que partieron simplemente se nos adelantaron en este viaje que algún día emprenderemos.

Felices 30 y que nos alcance la vida para celebrar los 50, los 60, los 70 o los 80 años de aquella generación hasta que el último en permanecer en este valle de lágrimas toque el timbre final tal y como sonó aquella fría mañana de noviembre del 93.

Por Chaves

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