Lo de Millonarios en Copa Libertadores se puede resumir en una sola palabra: Papelón.
La falta de refuerzos de categoría, las lesiones y el bajo nivel de varios jugadores terminaron con este pobre resultado de los Embajadores en el certamen continental.
Ese empate ante Palestino en Bogotá fue lapidario, como si se tratara de la peor película de terror, la escuadra chilena igualó el cotejo en el minuto 92.
Ese solitario tanto de Marabel sepultó las aspiraciones de Gamero y su combo de llegar con vida al duelo en Brasil ante Flamengo.
Ya no hay posibilidad de clasificar a octavos e incluso el premio de consuelo del boleto a la Sudamericana se desvaneció como espuma.
Ahora solo queda pensar en lo que viene en la Liga Colombiana. Este papelón de Millonarios se suma a la cadena de fracasos de los Azules en este tipo de torneos.
Tristeza
En medio del calor de la derrota, muchos comenzaron a pedir la cabeza de Alberto Gamero.
Aunque este proceso que arrancó en el 2020 ha dejado tres títulos y un estilo definido de juego, este duro golpe internacional tocó las fibras de los hinchas.
Ni el más pesimista de los hinchas azules habría imaginado este pobre desempeño en un grupo que sobre el papel parecía accesible.
A la hora del sorteo muchos se frotaban las manos viendo como les tocaba con Bolívar y Palestino.
Decían que Palestino era el comodín e irónicamente el comodín resultó siendo el propio Millonarios.
Tres partidos igualados en casa y afuera solo tristezas. Ahora solo queda pensar en la competencia local y esperar el 28 de mayo para medir fuerzas ante el Flamengo en Brasil para intentar despedirse con algo de dignidad de la Copa.